En muchas ocasiones nuestro cuerpo nos pide una pausa, un respiro. El estrés de nuestro día a día, la rutina y las obligaciones nos sobrepasan.

Muchos hacen deporte, salen a pasear o practican yoga, pero hay quienes prefieren aplicar la “terapia de la decoración” para liberar su creatividad y desahogarse. Es una opción muy sencilla que puede variar desde cambiar el juego de sábanas hasta cambiar por completo la distribución de la casa.

Decorar nuestro hogar puede ser una tarea verdaderamente terapéutica ya que, además de ser una forma de expresarnos, podemos conseguir crear un paraíso donde sentirnos conectados con nosotros mismos.

foto deco terapéutica

Hay muchas formas de llevar a cabo esta terapia, bien deshaciéndonos de los objetos innecesarios, decorando nuestro dormitorio según la filosofía china del Feng Shui, pintando de nuevo las paredes, renovando los cuadros y fotografías o dejando entrar un poco de naturaleza dentro de nuestra casa.

El uso de materiales naturales, como la madera, la piedra, la lana o el cuero contribuyen a crear un ambiente más auténtico y una atmósfera de humildad. Colores más pesados como grises oscuros, verdes y azules, colores terrosos y pasteles apagados, tienden a combinarse bien para conseguir una sensación acogedora.

No menos importante es la luz con la que iluminamos nuestro “hogar paraíso”. La luz natural complementada con una iluminación cálida potencia la sensación de amplitud y son la clave para conseguir esa sensación de libertad. Luces indirectas y velas ubicadas en puntos estratégicos pueden lograr un ambiente relajado y ofrecernos una sensación de desconexión total al llegar a casa.

Se trata de hacer de esta terapia un estilo de vida relajado y utilizar el interiorismo y la decoración para hacer de nuestros hogares un lugar donde poder recargar energías.

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